jueves, 22 de octubre de 2009

Una mujer. L.A.Spinetta

Una mujer

desde otra tarde,

salpicada por un profundo espejo.

Tirada en el abismo

con sus menstruos carmín

depositados en el limo natural

con la precisión de besos.

Una damisela realmente celeste.

Vestidos de espuma dilatados,

corsés rosa,

adornos y teñidos.

Una mujer con collares

con ojos manuscritos

con pezones labiales y suaves

con sombreros de pétalos tan claros.

Una mujer dada a su propio mundo,

mundo que la deglute

y que te da los rayos.

Le da canastos con frutas e hijos,

miembros que la deshacen

y la vuelven a hacer nacer.

Barriletes en azoteas,

ligustros blancos.

Una mujer transportada es un misterio.

Donde rozan sus pies dialogan flores

y aparecen sangres.