lunes, 19 de octubre de 2009

Oswaldo Guayasamín. 2da parte

Lágrimas negras

Mural Edad de la ira

El ser octogenario no le había quitado vigor ni ilusiones: "Estar en la tercera edad pictórica como yo es estar en una edad madura pero no vieja" me decía en una de las últimas entrevistas que concedió. Dividió su obra en etapas vitales. A la primera la llamó la Edad de la Ira, donde sus dibujos y colores hablan del desgarro del indio americano y de un paisaje abrupto, signo de conciencia cultural y denuncia.



Mural de la miseria





Las manos de la ternura

Esta fuerza violenta dejó paso a la Edad de la Ternura, vínculo de la madre y de los hijos que fue el eje de su trabajo como forma de redención de las relaciones humanas.

Ternura

En sus últimos años decía encontrarse trabajando en la Edad de la Esperanza, la síntesis de todos sus conocimientos técnicos y de su experiencia vital. Tres etapas desarrolladas en trabajo de seis décadas que reúnen más de 6.000 cuadros -"casi toda mi obra está en el extranjero, porque la burguesía criolla no paga tanto a un indio"- y murales de gran dimensión, como los de la sede de la UNESCO, y polémicos como el del palacio legislativo del Ecuador, donde comparó a la CIA americana con los nazis.