martes, 31 de mayo de 2011

CLASES DE LACAN. LOVAINA 1972

La transferencia es el amor, pura y simplemente. Y ¿por qué amamos a un ser así? Voy a dejar la pregunta en el aire por el momento. Les he dado una fórmula y he hablado de la transferencia en términos plagados de trampas… como siempre. ¿Por qué habría de decir otra cosa cuando se trata de eso precisamente? De lo que hay en el inconsciente. Que el lenguaje no sirve, nunca ha servido para formular cosas que tienen dos, cinco, veinticinco sentidos, que el sujeto supuestamente debe conocer.

Lo real para el ser parlante es lo que se pierde en alguna parte. Pero ¿dónde? Ahí es que Freud hizo hincapié… se pierde en la relación sexual. Es increíble que nadie se planteara eso antes de Freud, ya que se trata de la vida misma de los seres parlantes. Que nos perdemos en las relaciones sexuales es algo evidente, incontestable, ha sido así desde siempre. Y al fin y al cabo hasta cierto punto sigue siendo así. Si Freud centró las cosas en la sexualidad es porque en la sexualidad el ser parlante balbucea. Porque se da cuenta de que hay una cosa que se repite en su vida, que siempre es la misma, y esa es su verdadera esencia. ¿Qué es esa cosa que se repite? Una cierta manera de gozar.

Durante un tiempo se creyó que los psicoanalistas sabían cierta cosa. Pero esa creencia ya no está muy extendida. El colmo de los colmos es que ni siquiera ellos creen en sí mismos. Pero están equivocados. Porque precisamente saben mucho. Sólo que igual que con el inconsciente, y esa es su verdadera definición, no saben que lo saben.

La muerte está dentro del domino de la fe. Hacen bien en creer que van a morir, por supuesto. Eso les da fuerzas. Si no lo creyeran así, ¿podrían soportar la vida que llevan? Si no estuvieran sólidamente apoyados en la certeza de que hay un fin ¿acaso podrían soportar esta historia?

- Psicoanálisis y psicoterapia, ambas actúan mediante palabras, y sin embargo se oponen. ¿En qué se oponen?
- En tanto el inconsciente está implicado. Hay dos vertientes en que la estructura que es el lenguaje está presente, en la vertiente del sentido que acredita el análisis, la primer vertiente, despejando el sentido en los borbotones del barco sexual. Es sorprendente que ese sentido se reduzca al no sentido, al no sentido de la relación sexual, desde siempre patente en los dichos de amor. Patente al punto de ser estridente, lo que da una alta idea del pensamiento humano. Y todavía hay sentido, sentido que es tomado por buen sentido, como sentido común. El sentido cómico. En el más alto sentido de la comedia, excepto que en la comedia está en juego el no juego del sexo. Donde nuestra dignidad toma su conexión y su continuidad. El buen sentido representa la sugestión, la comedia la risa. Decir que eso basta para ser poco compatibles. Ahí la psicoterapia, cualquiera que sea, se cae. No es que no haga algún bien, sino que lleva a lo peor.