viernes, 4 de septiembre de 2009

Fragmento Lobo Estepario de Hesse





''-Piensa en la noche en que maltrecho y desesperado, saliendo de tu tormento y de tu soledad, te interpusiste en mi camino y te hiciste mi compañero. ¿Por qué crees tú, pues, que pude entonces conocerte y comprenderte?

-¿Por qué, Armanda? ¡Dímelo!.

-Porque yo soy como tú. Porque estoy precisamente tan sola como tú y como tú no puedo amar ni tomar en serio a la vida ni a las personas ni a mí misma. Siempre hay alguna de esas personas que pide a la vida lo más elevado y a quien no puede satisfacer la insulsez y rudeza del ambiente.

-¡Tú, tú!- exclamé hondamente admirado-. Te comprendo, camarada; nadie te comprende como yo. Y, sin embargo, eres para mí un enigma. Tú te las arreglas con la vida jugando, tieenes esa maravillosa consideración ante las cosas y los goces minúsculos, eres una artista de la vida. ¿Cómo puedes sufrir con el mundo? ¿Cómo puedes desesperar?.

-No desespero, Harry. Pero sufrir por la vida, oh, sí; en eso tengo experiencia. Tú te asombras de que yo soy feliz porque sé bailar y me arreglo tan perfectamente en la superficie de la vida. Y yo, amigo mío, me admiro de que tú estes tan desengañado del mundo, hallándose en tu elemento precisamente en las cosas más bellas y profundas, en el espíritu, en el arte, en el pensamiento. Por eso nos hemos atraído mutuamente, por eso somos hermanos. Yo te enseñaré a bailar y a jugar, y a sonreír, y a no estar contento, sin embargo. Y aprenderé de ti a pensar y a saber, y a no estar satisfecha, a pesar de todo. ¿Sabes que los dos somos hijos del diablo?.

-Sí, lo somos. El diablo es el espíritu; nosotros sus desgraciados hijos. Nos hemos salido de la naturaleza y pendemos en el vacío. Pero ahora se me ocurre otra cosa: en el tratado del lobo estepario, del que te he hablado, hay algo de que es una fantasia acerca el creer que Harry tiene una o dos almas, que consiste en una o dos personalidades. Todo hombre, dice, consta de diez, de cien, de mil almas.

-Eso me gusta mucho- exclamó Armanda-. En ti, por ejemplo, lo espiritual esta altamente desarrollado, y a cambio de eso te has quedado muy atrás en toda clase de pequeñas artes de la vida. El pensador Harry tiene cien años, pero el bailarín Harry apenas tiene medio día. A éste vamos a ver ahora si lo sacamos adelante, y a todos sus pequeños hermanitos, que son tan chiquitines, inexpertos e incautos como él.''