miércoles, 18 de noviembre de 2009

Puentes de Langlois. Van Gogh

Un verso de la Cantata, “Mira el pájaro / se muere en su jaula” corresponde claramente al siguiente párrafo de una carta de Van Gogh:

“Un pájaro enjaulado en primavera sabe poderosamente bien que hay algo para lo cual serviría, siente poderosamente bien que hay algo que hacer, pero no puede hacerlo. ¿Qué será? No lo recuerda bien: luego, tiene ideas vagas y se dice: “los demás hacen sus nidos y tienen sus pequeños y los crían”; y luego se golpea el cráneo contra los barrotes de la jaula. Y la jaula queda ahí y el pájaro está loco de dolor".

“Ese es un holgazán”, dice otro pájaro que pasa, “ése es una especie de rentista”. Empero el prisionero vive y no muere, nada aparece por fuera de lo que le pasa adentro; está bien de salud, está más o menos alegre bajo los rayos de sol. Pero viene la estación de las migraciones. Ataque de melancolía. “Sin embargo –dicen los niños que lo cuidan en su jaula–, tiene todo lo que necesita”. Pero él sigue mirando, afuera, el cielo hinchado, cargado de tormenta, y siente, dentro de sí, rebelión contra la fatalidad. “Estoy enjaulado. Estoy enjaulado. Y, por lo tanto, no me falta nada. Imbéciles. ¡Ah, por piedad, la libertad! ¡Ser un pájaro como los demás pájaros!”.




Autor: Vincent Van Gogh
Fecha:1888
Características:49´5 x 64 cm.
Museo:Museo Wallraf-Ritchartz

En los alrededores de Arles, Van Gogh se interesó por unos puentes de madera al estilo holandés que cruzaban el Ródano. El puente de Langlois con mujeres lavando y éste que aquí observamos son las mejores muestras de ese recuerdo de Vincent hacia su país natal. Quizá esta escena tenga más serenidad que su compañera, a la que sigue en sus líneas básicas. Emplea tonos vivos y alegres - amarillos, azules y verdes - aplicados con una pincelada muy corta que se aprecia claramente en el lienzo. La luz del atardecer primaveral inunda la escena, siguiendo al Impresionismo y abandonando las premisas que le dictaba Bernard desde París, en las que solicitaba la primacía de la imaginación sobre la Naturaleza. Los reflejos en el Ródano - obtenidos ahora con tonos claros - demuestran la atenta mirada de Vincent, preocupado más por lo que sus ojos ven que por lo que su mente le dicta. Sólo se permite imitar a Bernard cuando emplea líneas oscuras para delimitar los contornos, similar al cloisonnismo inspirado en las vidrieras y esmaltes medievales.