domingo, 9 de octubre de 2011

Decile a Mario que no vuelva. Mario Handler.

Demonios de nuestro pasado reciente

Un revelador testimonio del período autoritario

(La República)


La dictadura fue, sin dudas, el período más negro y traumático de nuestra historia reciente, cuya dolorosa evocación ha motivado una vasta producción literaria de sesgo testimonial, destinada a denunciar las atrocidades perpetradas por el nefasto régimen liberticida.

Esa tendencia a la recreación en formato literario, fuertemente arraigada en el período de posdictadura, está siendo ahora emulada por la cinematografía nacional, que ha comenzado a transitar los años más dolorosos de nuestro pasado.

Los productos suelen enfatizar diversas facetas del pesadillesco tiempo histórico abordado, desde los inquietantes años previos al golpe de Estado de junio de 1973, a las lacerantes secuelas que aún nos agobian en el presente.

Uno de los primeros antecedentes de esta corriente destinada a rescatar la memoria, es "Polvo nuestro que estás en los cielos", de la cineasta Beatriz Flores Silva, quien compone un filme de visible trazo de autobiografía, en torno a la violencia política de la década del sesenta del siglo pasado.

Aunque la mayor virtud de este largometraje es rescatar los escasamente transitados años previos a la ruptura institucional, el resultado dista de colmar las expectativas de un público que aguardaba bastante más de una realizadora tan prestigiosa.

Actualmente, se están exhibiendo "Paisito" y "El círculo", dos películas que asumen diversas miradas en torno a los tiempos de plomo. Mientras en "Paisito" la española Ana Diez construye una visión despareja y poco convincente de la predictadura, "El círculo", de José Pedro Charlo y Aldo Garay, es un contundente cuadro biográfico en torno a la vida, lucha y padecimiento de Henry Engler, el ex rehén tupamaro devenido en médico y actualmente radicado en Suecia.

En "Decile a Mario que no vuelva", el cineasta Mario Handler propone un nuevo ángulo de observación de los tiempos del terror, mediante un documental de algo más de ochenta minutos de duración, que rescata testimonios de actores protagónicos o marginales de los acontecimientos.

Desde hace cuarenta años, Handler, que marchó al exilio durante la dictadura, ha desarrollado una sólida experiencia como documentalista, corroborada por numerosos trabajos de buena factura técnica e impactante contenido testimonial: "Elecciones", "Me gustan los estudiantes", "Líber Arce: liberarse" y "Aparte". En este último trabajo, el realizador se aparta del alegato político convencional, conformando un intenso fresco testimonial sobre la marginación social en un Uruguay devastadora por la crisis económica y la desocupación.

En "Decile a Mario que no vuelva", que no se ajusta a un cronograma argumental preciso, Handler otorga voz a ex guerrilleros, ex represores, policías y personajes que padecieron la dictadura, pese a no haber tenido participación directa ni indirecta en los sucesos que conmovieron a nuestro Uruguay durante las décadas del sesenta y el setenta del siglo pasado.

Frente a la cámara de Handler desfilan Mauricio Ronsencof, Henry Engler, David Cámpora, Mauricio Vigil, Carlos Liscano, el comisario Alejandro Otero, el ex represor Gilberto Vázquez, Ricardo Domínguez y el actual diputado Daniel García Pintos, entre otros.

Renunciando a toda tentación discursiva, Mario Handler le otorga voz a todos los protagonistas reales de su obra, cuyos testimonios fluyen con absoluta naturalidad y espontaneidad.

En ese contexto, el filme asume un tono coloquial que le confiere un singular realismo, en la medida que los personajes hablan y se expresan sin cortapisas.

Si resultan reveladores los relatos de Mauricio Ronsencof y Henry Engler en torno a sus experiencias de cautiverio en condición de rehenes de la dictadura, más impactante es aún el discurso justificador del ex represor Gilberto Vázquez, quien narra -con absoluto desparpajo- las sesiones de tortura a las cuales eran sometidos los presos políticos.

No menos exacerbantes resultan las visiones de connotados voceros de la ultraderecha vernácula, quienes asumen una encendida e irracional defensa de las atrocidades perpetradas por el gobierno autoritario. La inclusión de algunas imágenes de represión callejera y hasta de breves fragmentos de noticieros del servicio informativo de la dictadura, operan como meros soportes conceptuales de este trabajo, que resalta por su mesura y objetividad.

"Decile a Mario que no vuelva" es un plausible documento histórico, destinado a rescatar la memoria de los tiempos más oscuros y a reavivar el debate en torno a los atropellos perpetrados por la barbarie autoritaria.


Decile a Mario que no vuelva

un film de Mario Handler