lunes, 8 de noviembre de 2010

Colera de suicidas



Quien se hace digno de cabezas fuego?



Nadie podrá vivir con la culpa…



Soy un vasto bosque por el océano



Flotante de islas y cerros gotas.



Ahí débil y cansado de lupas de pueblo



Donde el meticuloso reloj llora agujas.



Con el campanario roto y mudo en singulares



Sin poder encontrarme en brújulas opacas



Soñando con reírme más en llanto.



Ajaba los pergaminos de verdades



No podrías entender mi frivolidad latente



Más que contentar mi carne con tu humedad



Y secar mi alma en esas sombras congeladas



Pero vos y yo sabíamos mejor que eso…



Susurrábamos palomas al oído amputado.



Contemplamos a Frida y Platón!



Estábamos tan oscuros como queríamos morir.



Honorando imágenes santas y plumas.



Sin sentir la vida del pan de cada día



Cortábamos nuestros puños para sentirnos



Y el edredón ya no abrigaba las canelas…



Estábamos atados a servilletas con espinas



Y dementes de la racionalidad católica.



Pero amándonos en éxtasis de Ondiles y algo mas…



Solo queríamos sentir y me seguías.