lunes, 17 de mayo de 2010

Henry Miller: “A la Caída de la Noche”… (Extractos de “Trópico de Capricornio”):



”A la caída de la noche, el universo de cabeza de alfiler empieza a expandirse. Se expande orgánicamente, desde una motita nuclear infinitesimal, al modo como se forman los minerales o las constelaciones de estrellas. Corroe el caos circundante como una rata que horada el queso. Desde el principio todo era Caos…

Pero a veces he llegado a estar tan cerca del centro, del núcleo de la confusión, que me asombraba de que no explotara todo a mi alrededor… Todo el caos podría juntarse en la cabeza de un alfiler pero el yo, microscópico al comienzo, crece hasta convertirse en un universo desde cualquier punto del espacio. Solos dos platos en el menú: el yo y el no yo. Y una eternidad para elaborarlo. En esa eternidad que no tiene nada que ver con el tiempo ni con el espacio hay interludios en que se produce algo así como un deshielo. La forma del yo se descompone, pero el yo, como el clima, permanece.Veo a mi alrededor… No hay forma, ni imagen, ni arquitectura, sólo vueltas concéntricas. Soy la flecha de la sustancialidad del sueño. Verifico volando. Anulo dejándome caer a la Tierra… Así pasan los momentos verídicos del tiempo sin espacio en el que sé todo y sabiéndolo todo, me desplomo bajo el salto del sueño sin Yo…Estamos bailando en el hueco de la taza de la Nada. Somos de una misma carne, pero estamos separados como estrellas”.-