viernes, 6 de enero de 2012

Casiopea




Como una gota fui de la marea
la playa me hizo grano de la arena.

Fui punto en multitud por donde fui
nadie me detectó y así aprendí.

Cuando creí colmada la tarea
volví mi corazón a Casiopea.

Cumplí celosamente nuestro plan:
por un millón de años esperar.

Hoy llevo el doble dando coordenadas
pero nadie contesta mi llamada.

¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?.

Hoy sobrevivo apenas a mi suerte,
lejano de mi estrella de mi gente.

El trance me ha mostrado otra lección:
el mundo propio siempre es el mejor.

Me voy debilitando lentamente
Quizás ya no sea yo cuando me encuentren.

...
No sé en que momento volé a Casiopea, y construí mi mundo allí pero sí, es el mejor.

Existo desde mi misma, desde mis colores, ideas y sueños.

Una realidad surrealista donde incorporar lo que encuentro a mi alrededor es llevado a cabo según necesidades, angustias y deseo.

Ir de turismo al mundo real es doloroso e incomodo, no están quines yo quiero que sean presencia o no del modo que me gustaría.
Tampoco está #elquenodebenombrarse, solo su ausencia.
En Casiopea, seguís a mi lado, faro, guía

Estar más allá de la presencia del querer

Estás ( siempre ) y no me duele.