Un poema de Dylan Thomas
Cuenta la leyenda que cientos de personas asistían a sus lecturas. Que su voz cautivaba a multitudes también junto al receptor de radio. Fue conocido como el Maudit, el gran poeta maldito, que le dio vitalidad a la poesía anglosajona. Dylan Thomas (Gales, 1914-Nueva York, 1953) cumplió con todos los ritos del bohemio. Su último whisky lo tomó en la taberna White Horse del del Chelsea Hotel, en NY. Dijo que era el número 18. Luego, se desplomó. Lo llevaron a su habitación del hotel y allí entró en coma. Y nunca salió. Robert Zimmermann se bautizó Bob Dylan en su honor.
Aquí, uno de sus poemas más conocidos. And Death Shall Have No Dominion. en la versión realizada por el poeta chileno Waldo Rojas
Y la muerte perderá su dominio…
Y la muerte perderá su dominio.
Los muertos desnudos serán un solo muerto.
Con el hombre en el viento y la Luna de occidente;
cuando se descarnen los huesos y desaparezcan los huesos.
Donde hubo codos y pies aparecerán estrellas.
Y aunque se sumerjan en profundas aguas tendrán que resurgir.
Y aunque los amantes se extravíen perdurará el amor.
Y la muerte perderá su dominio.
Y la muerte perderá su dominio.
Bajo los remolinos del mar
aquellos que yazgan largamente no morirán en la tempestad
retorciéndose en el tormento, cuando cedan los tendones
atados a una rueda no podrán destrozarse;
entre sus manos la fe se romperá en dos
y el Unicornio del mal los atravesará.
Y hendidos por todas partes no se desmembrarán.
Y la muerte perderá su dominio.
Y la muerte perderá su dominio.
Nunca más las gaviotas gritarán en sus oídos
o se romperán las olas tumultuosamente en la ribera;
allí donde se abrió una flor nunca más otra flor
ofrecerá su cabeza a los golpes de la lluvia.
Y aún locas o muertas como clavos
atravesarán la margaritas con sus cabezas de señoras;
irrumpiendo sobre el Sol hasta que el Sol se desprenda.
Y la muerte perderá su dominio.