LO ABIERTO
Cae quieta la lluvia,
lo abierto mana.
Cae la lluvia, cae sobre
la espera,
en la caída la lluvia es su camino
y el camino su llegada.
Hay que osar lo abierto y la caída:
el desierto de la sed
no la sed del desierto.
Cae quieta la lluvia,
lo abierto mana.
Cae la lluvia, cae sobre
la espera,
en la caída la lluvia es su camino
y el camino su llegada.
Hay que osar lo abierto y la caída:
el desierto de la sed
no la sed del desierto.
EN PLENA NOCHE
También en plena noche
la nieve
se derrite blanca
y la lluvia
cae
sin perder su transparencia.
Es ella, la noche,
la que nos libra de los reflejos,
la que nos expande
las pupilas.
Lo que busca con su bastón
el ciego es la luz, no el camino.