Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
—¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto
de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe
encuentra a la Muerte y le pregunta:
—Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de
amenaza?
—No fue un gesto de amenaza —le responde— sino un gesto de
sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo
esta noche en Ispahán.
JEAN COCTEAU
Le Grand écart (1923)