(...)
– Quiero que me dejen partir para ir a ocultar en el
fondo del mar mi tristeza sin fondo.
– ¡Oh! –dijo Aspasia. Y se tiró un pedo azul.
A lo cual sonrió todo el mundo, según nos enteramos
leyendo el diario íntimo de Chú:
"... do azul. A lo cual sonrió todo el mundo. Exagero.
Había una cosa que no sonreía; era el mate".