Como una gota fui de la marea
la playa me hizo grano de la arena.
Fui punto en multitud por donde fui
nadie me detectó y así aprendí.
Cuando creí colmada la tarea
volví mi corazón a Casiopea.
Cumplí celosamente nuestro plan:
por un millón de años esperar.
Hoy llevo el doble dando coordenadas
pero nadie contesta mi llamada.
¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?.
Hoy sobrevivo apenas a mi suerte,
lejano de mi estrella de mi gente.
El trance me ha mostrado otra lección:
el mundo propio siempre es el mejor.
Me voy debilitando lentamente
Quizás ya no sea yo cuando me encuentren.
...
No sé en que momento volé a Casiopea, y construí mi mundo allí pero sí, es el mejor.
Existo desde mi misma, desde mis colores, ideas y sueños.
Una realidad surrealista donde incorporar lo que encuentro a mi alrededor es llevado a cabo según necesidades, angustias y deseo.
Ir de turismo al mundo real es doloroso e incomodo, no están quines yo quiero que sean presencia o no del modo que me gustaría.
Tampoco está #elquenodebenombrarse, solo su ausencia.
En Casiopea, seguís a mi lado, faro, guía
Estar más allá de la presencia del querer
Estás ( siempre ) y no me duele.