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No es un verbo sino un vértigo. No indica acción.
No quiere decir ir al encuentro de alguien sino
yacer porque alguien no viene.
EN HONOR DE UNA PÉRDIDA
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La para siempre seguridad de estar de más
en el lugar en donde los otros respiran.
De mí debo decir que estoy impaciente
porque se me dé un desenlace menos trágico
que el silencio. Feroz alegría cuando encuentro
una imagen que me alude. Desde mi respiración
desoladora yo digo: que hay lenguaje
en donde tiene que haber silencio.
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Alguien no se enuncia. Alguien no puede asistirse.
Y tú no quisiste reconocerme cuando te dije lo
que había en mí que eras tú.
Ha tornado el viejo terror:
haber hablado nada con nadie.
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El dorado día no es para mí. Penumbra del cuerpo
fascinado por su deseo de morir. Si me amas
lo sabré aunque no viva. Y yo me digo:
Vende tu luz extraña, tu cerco inverosímil.
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Un fuego en el país no visto.
Imágenes de candor cercano. Vende tu luz,
el heroísmo de tus días futuros.
La luz es un excedente de demasiadas
cosas demasiado lejanas.
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En extrañas cosas moro.