lunes, 26 de diciembre de 2011

Fragmentos q son un Adorno.


" Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastrocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica. Situarse en tales perspectivas sin arbitrariedad ni violencia, desde el contacto con los objetos, sólo le es dado al pensamiento. "

Theodor Adorno

martes, 20 de diciembre de 2011

POEMAS Y RELATO DE JORGE ARBELECHE


BUFANDA

Es una bufanda
no abriga
se enrosca
se incrusta en la garganta
es soga nudo gota amarga
colgada
ahí
donde termina el paladar y se ahoga el cuello
cuando el aliento
cae
hacia
tráquea faringe esófago diafragma
cae
el aliento
rueda
hacia abajo
donde no se ve nada
nada se palpa y se aloja
en la masa sin forma de las vísceras
aprieta
cuando de noche
no te atreves a trancar la cerradura
y cuelgas libre la llave del llavero
porque te envuelve el miedo
de que el portero no te oiga
y que te asalten infarto
muerte súbita y no llegue
la emergencia o que te encuentren
la mano agarrotada en el teléfono
y pasados tres días vengan
a derribar la puerta cuando
el olor a podrido invada
el piso y las paredes porque
todas tus palabras se volvieron arena
y piedra tus oídos que no alcanzaron
a escuchar el gallo que sólo para tí
elevaba la cresta más sonora
no podrá la caricia ni el beso ni
la lágrima
detener el estrépito del día
al derrumbarse sobre tus ojos secos

porque una a una las puertas se cerraron
y todas las ventanas quedaron en clausura
(aunque entreabiertas)

Tal vez
despertará el eco de la fiesta en las pasturas.








DESPUÉS

Desde lejos es difícil distinguir si ese bulto está formado por una, dos o más personas. Están tan quietas que solamente si uno se aproxima con sigilo, sin agitar el silencio, podrá percibir algún gesto, algún mínimo movimiento. Por un tiempo largo, quizá una hora, media, o más, esa inmovilidad las envuelve en un aura de piedra; hay a su alrededor algo terriblemente quieto; más, inmóvil. Parece, ahora, que en realidad son dos personas; mejor: dos mujeres.

Una es mayor, casi una vieja; la otra podría tener cincuenta, sesenta o setenta años. Indefinible. Imposible calcularle la edad exacta a la más joven. En cambio la mayor, con toda seguridad rondará los ochenta. Tiene los rasgos más definidos, todo en ella es más nítido que en la otra.

Su pelito ralo recogido en un minúsculo moño en la nuca, sus canas levemente azuladas verifican una noble dignidad que emana de toda su postura. A pesar de que su figura es notoriamente pequeña –donde se revela el estrago minucioso pero no demasiado agresivo de los años–, su actitud toda, la muestra como la que sostiene la situación.

La otra se ve desmadejada, todo su cuerpo está como arrollado, casi encorvado. Parece un ovillo en desorden a punto de rodar.

Si bien se la ve como una mujer prolija, es evidente que por su pelo –también canoso pero con tonalidades pardas–, hace por lo menos dos días que no ha pasado un peine. Sus ojos están como vacíos. Ninguna expresión delata un indicio vital en ellos. La boca, cerrada; a cal y canto. Diríase como sellada.

Su inmovilidad es total. La otra, cada tanto la aprieta un hombro o le pasa con suavidad la mano por su cabeza y le arregla el cabello.

La más joven, de tiempo en tiempo, emite algún sonido con el que va hilvanando una que otra frase. La mayor, escucha.

–Yo me dí cuenta de que algo raro había en ese piecito. Aunque era chueco, lo estaba torciendo demasiado; ya se le empezaba a torcer también el tobillo. No me gustó nada aquello. Y los médicos se demoraron demasiado.

–M’hija, no pienses.

No te atormentes más. Hiciste todo lo que podías.

–No me atormento. Me desahogo, no más. El tormento fue cuando el dianóstico dio cáncer de hueso. Yo le escribí al padre cuando empecé a sospechar que los médicos no daban en la tecla, pero como siempre, andaba distraído y ocupado con su nueva familia. Por suerte, reaccionó al final y sé que sus últimas cartas fueron muy cariñosas porque el nene me lo contó en el sanatorio, aunque no me las dio para leer.

–¿Y las vas a leer ahora?
–No, se las puse en el cajón. Que se llevara un buen recuerdo de su padre.

–Está bien.
Nuevamente el silencio. Pero no hay vacío en él. Los dos cuerpos parecen formar uno solo.
–Nena, hace no sé cuántas horas que no comés nada, ¿querés que te traiga algo?
–No, no puedo tragar nada. Todavía no hace dos horas que lo enterré.
–Bueno, entonces, ¿querés un mate?
–Sí.

Y la reina ...


Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro, Biblioteca, III,I


Boceto de Arzen

Seguro es por mi culpa.



¿Qué sería de los Clash sin Buenos Aires donde nacías vos?
¿Qué tal sería Pizarnik como madre de quién nacías vos?
Tendría que esforzarme un poco y recordar
que es lo que hacia aca y que es lo que haré.

lunes, 19 de diciembre de 2011

sábado, 17 de diciembre de 2011

Comunicado

Me irrita de sobre manera, quita ganas y aburre estár conversando con alguien y que interrumpa mi relato con frases pelotudas que nada tienen que ver con lo que se habla.

 Pelotudos !

lunes, 12 de diciembre de 2011

Microcuento o algo que lo pretende ser



< °)))) -- < ' coma eso ' me dijo y la re cagó; 'soy vegetariana' murmuré. Y me fui pateando el ideal roto por las calles de la ciudad vieja.#microcuento



Con esta banda sonora lloraba porque no era él...

martes, 6 de diciembre de 2011

Vos taaaaan y yo taaaaan


vos tan vaso de fernet / yo tan mate amargo recién preparado
 vos tan lucky strike / yo tan tabaco en hojillas amarillas
 vos tan punkitud ramone/ yo tan nostalgia silvio
 (... hasta donde debemos practicar las verdades ? )

Movimiento de Educadores por la Paz - Uruguay dijo... Les hago llegar la Declaración del Movimiento de Educadores por la Paz en el Acto convocado el viernes 2 en la Plaza Libertad.


Movimiento de Educadores por la Paz - Uruguay dijo...
Les hago llegar la Declaración del Movimiento de Educadores por la Paz en el Acto convocado el viernes 2 en la Plaza Libertad.

Declaración
del Movimiento de Educadores por la Paz.
2 de diciembre de 2011
Frente al hallazgo de los restos de nuestro querido maestro Julio Castro creemos necesario expresar:
 El profundo dolor de saber detalles de un final terrible, más terrible aún de lo que imaginábamos.
Creíamos posible que no hubiese soportado la tortura y que su frágil salud claudicara por la
brutalidad con que era ejercida; pero no podemos comprender cómo alguien pudo torturar
durante tres días y ejecutar cobardemente a una persona agonizante como Julio. Tampoco
comprendemos cómo muchos de lo autores de semejantes bestialidades siguen sueltos
caminando entre nosotros.
 El impacto social que ha tenido el hallazgo de sus restos sólo es comparable al que producen los
más atroces crímenes contra la humanidad y refleja que el pueblo uruguayo no ha perdido la
sensibilidad, los valores y solidaridad que Julio predicaba y practicaba.
 Julio ha reconciliado a los maestros con la sociedad; después de muchos años se dicen cosas
positivas de los maestros y esa es una contribución más, a treinta y cuatro años de su desaparición,
para la dignificación de la tarea docente y el papel de la educación. Nuevamente Julio Castro
cumple la tarea de hacernos encontrar con el otro, como en los congresos y las reuniones
gremiales o políticas de antaño.
 Quienes lo asesinaron además de la vida, le quisieron robar la muerte. Pero a pesar de las
mentiras su nombre se refugió durante décadas, clandestino, en bocas, papeles y en
corazones para quedarse para siempre entre nosotros. Hasta que la tierra habló. Julio es
hombre “quedado” decía Quijano, se sabe cuándo llega pero le cuesta partir y Julio se
quedó, sigue hoy junto a nosotros.
 Al ocultar sus restos bajo tierra, sus asesinos no pudieron borrar los caminos que Julio trazó sobre
ella; quienes estallaron su cráneo no sabían que con ello difundieron más aun sus ideas. La
vigencia de su pensamiento pedagógico y político nos permite convocar - convocarnos - a
redoblar el esfuerzo por Verdad y Justicia, a redoblar el esfuerzo por una educación popular,
autónoma, más justa, universal, contextualizada en el medio en el que se desarrolla,
comprometida con los Derechos Humanos y la Cultura de Paz, dotada con los recursos necesarios
para funcionar dignamente.
 Por último compartimos un pensamiento extraído de La educación y la independencia nacional,
Rumbo Nº 9, Instituto Cooperativo de Educación Rural (ICER) Montevideo, 1966.
“Los educadores, minoría privilegiada por cuanto su destino profesional los pone en la situación de crear y
orientar el pensamiento colectivo, no pueden ni deben desertar de la tarea de poner claridad y realidad en el
planteo de los problemas del Continente. Y ello vale tanto para el proceso de su formación, como para el
sentido de las enseñanzas que impartan”.
Por el Movimiento de Educadores por la Paz
Maestro Víctor Brindisi Mtro. Prof. Julio Arredondo Larrosa
Secretario Presidente
4 de diciembre de 2011 16:05

Verso en 140 caracteres ( o algunos más )




Se levantó con Madame Nostalgie en el cuerpo y su rostro ( el de Ella ) en el recuerdo.
' No demores en venir' pensó, mientras iba desenpolvando la ouija.

domingo, 4 de diciembre de 2011

En Memoria del Maestro Julio Castro


Julio Castro (Paraje La Cruz, Florida, 13 de noviembre de 1908 - Montevideo, 3 de agosto de 1977) educador y periodista de Uruguay que es secuestrado por la dictadura cívico-militar el 1 de agosto de 1977; su cuerpo fue encontrado 34 años después en un enterramiento clandestino realizado por los militares.
Hijo de un productor rural se educa, al igual que sus diez hermanos, en la Escuela Rural N° 9 de Florida. Su buena escolaridad y su temprano afecto por la educación le permitió obtener una beca para estudiar Magisterio en el Instituto Normal de Varones "Joaquín R. Sánchez" de Montevideo.
En 1928 es miembro fundador, junto a Carlos Quijano, de Agrupación Nacionalista Demócrata Social que pertenece al Partido Nacional Independiente. En 1930 funda junto a Quijano y Arturo Ardao el diario El Nacional, que cierra al año siguiente por dificultades económicas. En marzo de 1932 este mismo grupo, junto a otros colaboradores, crean el semanario Acción, que en 1933 enfrenta a la dictadura de Terra. En 1935 Castro participa en los levantamientos armados dirigidos por el caudillo blanco Gral. Basilio Muñoz, fue detenido y mantenido preso en Rivera. En junio de 1939, nuevamente junto a Quijano y Ardao, Castro crean el semanario Marcha, del cual será redactor responsable y director en el momento de su clausura por la dictadura, el 22 de noviembre de 1974.



Hasta siempre Maestro...

Palabras del maestro Miguel Soler sobre su amigo y compañero Julio Castro


CONMOCIONANTES PALABRAS DEL MAESTRO DE MAESTROS, MIGUEL SOLER ROCA, SOBRE SU AMIGO Y COMPAÑERO JULIO CASTRO

Compartido por Corina Balbi , el Sábado, 3 de diciembre de 2011, 23:30
(Texto del mail

Amigas y amigos: les envío el texto de una declaración personal que he redactado, con tristeza e indignación, sobre el caso Julio Castro. Pueden hacer del mismo el uso que crean conveniente, con toda libertad. Un abrazo apretado,

Miguel.)





DECLARACIÓN PERSONAL SOBRE LA IDENTIFICACIÓN DE LOS RESTOS DE JULIO CASTRO





Con motivo del hallazgo de los restos del Maestro y Periodista Julio Castro en instalaciones de las Fuerzas Armadas, ratifico mi condena y mi dolor mediante la siguiente declaración de mi exclusiva responsabilidad:



Hago llegar a sus familiares, a la comunidad educativa nacional y latinoame- ricana, a sus colegas periodistas, a los compatriotas en el exterior, a sus múltiples amigos y compañeros de ideales, todos igualmente consternados durante treinta y cuatro años y hoy más que nunca, mi más sentida solidaridad. Mantuve una estrecha amistad con Julio Castro durante casi cuarenta años, me siento constante deudor de sus múltiples enseñanzas, tuve el privilegio de participar junto a él en importantes tareas en pro de la educación uruguaya y del continente. Seguimos compartiendo, igualmente, el honor de figurar, junto con lo mejor del Magisterio nacional, en las listas negras plagadas de calumnias que en 1978 difundió el Comando General del Ejército en Testimonio de una nación agredida y en 2007 el Centro Militar y el Centro de Oficiales Retirados de las FF.AA. en Nuestra verdad, la lucha contra el terrorismo.



Agradezco sinceramente las manifestaciones de interés de los medios de comunicación por conocer y difundir mis sentimientos ante las presentes circunstancias. Con casi noventa años de edad, no estoy en condiciones de corresponder a tales requerimientos en lo inmediato sin poner a riesgo mi salud. Por ello he optado por expresarme mediante esta declaración. Por otra parte, este episodio no queda cerrado. Espero tener pronto la serenidad necesaria y la oportunidad de enfrentar los micrófonos.



Coincido con quienes consideran que el macabro hallazgo de sus restos es un hecho positivo en la lucha del Pueblo Uruguayo por hacer resplandecer la Verdad y la Justicia. Homenajeando a Julio, decía yo en 1987: “En sociedades en que no se puede vivir sin documentos, el desaparecido se va convirtiendo en un indocumentado. Es urgente interrumpir este maleficio, movilizar las voluntades, desempolvar las leyes y lograr que las flores cultivadas durante la espera reposen, al fin, sobre la losa que les corresponde”. Espero no morir sin haber llevado una rosa al lugar definitivo de descanso de Julio Castro. Mientras tanto, doy las gracias al Presidente Mujica por haber excluido su caso del amparo de la inconstitucional ley de caducidad, así como agradezco a la Justicia uruguaya cuanto está haciendo por esclarecer los detalles de su desaparición forzosa y por identificar a los culpables de su horrible muerte. Expreso también mi profunda gratitud a nuestra Universidad y a sus científicos quienes, con su perseverancia, intuición y humanidad restituyen a la comunidad nacional desde las entrañas de la tierra lo que en ella mantienen oculto los criminales.



El camino a recorrer será aún largo. Son muchas las víctimas desaparecidas y todas tienen derecho a la misma luz. Y en el caso de Julio, es poco lo que sabemos del proceso que llevó del secuestro a la tortura y de ésta al balazo asesino y a la sepultura clandestina. Todo envuelto en la mentira. El terrorismo de Estado mata y miente durante más de treinta años. Los conjurados agravan, con su contumaz silencio y sus embustes, sus imprescriptibles delitos. Y en este silencio absoluto, cómplice y persistente, todos los integrantes de las que entonces llamaban Fuerzas Conjuntas, con la reducida excepción de quienes valerosa y dignamente los enfrentaron dentro de sus propias filas en defensa de la Democracia, mantienen su condición de cobardes asesinos. Su mutua solidaridad los hace colectivamente culpables. A todos.



Yo expreso públicamente mi repudio a esta conducta y exhorto a quienes habiendo transgredido la Ley puedan retener un vestigio ético en su conciencia a que se desmarquen cuanto antes y colectivamente de una estrategia de encubrimiento que no tiene salida y que sólo seguirá acarreando males a la República. Su silencio está ocasionando un gran ruido al que quienes exigimos Verdad y Justicia no pondremos fin.



Como educador que no cree en la fuerza como recurso regulador de la convi- vencia humana, me sumo al creciente grupo de ciudadanos uruguayos que se preguntan para qué le sirven al Pueblo Uruguayo contingentes armados todavía integrados por asesinos inconfesos, por torturadores de hombres y mujeres, por violadores de la Constitución y de las leyes nacionales e internacionales ratificadas por la República, por los causantes principales del sufrimiento de miles de familias uruguayas hechas pedazos por el mundo, por individuos que han cultivado y cultivan la mentira ante el Pueblo y ante las máximas autoridades del país y, más recientemente, por soldados que estando al servicio de las Naciones Unidas son acusados de violaciones a los Derechos Humanos y de delitos de corrupción. Personalmente no encuentro razón alguna para que no procedamos gradualmente a la prescindencia total de las Fuerzas Armadas.



Siento como si desde su ahora confirmado y espantoso martirio Julio Castro educador, Julio Castro periodista, Julio Castro ciudadano, hombre de paz y de infinita bondad, nos estuviera llamando a nuevas reflexiones. Para limitarme a la educación, ¡qué falta nos está haciendo hoy su persona y su magisterio! Pido disculpas por invocar el conocimiento que tengo de Julio al suponer que ahora, justamente en estos días, nos aconsejaría a todos desde sus columnas en MARCHA, repito, a todos los que somos parte de la comunidad educativa, que es como decir a todo el país: empiecen por bajar los decibeles, hagan un esfuerzo por recomponer la familia educativa, no agredan a los educadores, apoyen a los que lo hacen bien, reciclen a los que lo hacen mal, recuerden que lo esencial es el educando y su futuro, renuncien a competir por el poder, siempre efímero, y pongan todos sobre la mesa en sereno debate ideas que concilien la poderosa tradición pedagógica del país con los requerimientos de hoy y de mañana, cooperando con otros pueblos pero sin copiar ni entrar en competencia con ninguno, recordando que la educación solo es posible en la libertad, la soberanía, el denodado esfuerzo diario de empezar de nuevo, fraternalmente, porque la discordia bloquea el pensamiento y la acción. Pasos en estas direcciones, principalmente a cargo de los propios educadores y sus organizaciones y en especial de los jóvenes docentes, serán el mejor homenaje a Julio Castro. Recordarlo como mártir no basta; tenerlo presente como Maestro, rápido y sencillo en el diagnóstico, sensatamente creativo en la propuesta, dialogante siempre, nos es ahora necesario.



Montevideo, 3 de diciembre de 2011 Miguel Soler Roca.